evangelizacion mundial

Según leemos en Marcos 16: 15, queda claro que en el primer encuentro que Jesús tuvo con sus discípulos después de resucitar les mandó: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.

Lucas en el libro de Los Hechos sigue relatando que se les apareció durante 40 dias hablándoles sobre el reino de Dios.

Sobre este tema, mucho les había enseñado en sus casi 3 años de ministerio.
El Sermón del monte – por ejemplo – (Mateo 5 al 7) contiene muchas de las enseñanzas y principios del reino. En las numerosas parábolas, que también figuran en Mateo, hay abundante información sobre los misterios y condiciones necesarias para participar en el mismo. Por eso ahora, tal vez el énfasis sería cómopromoverlo en todas las naciones.

Algunos han sugerido que los mandatos que conforman la Gran Comisión (Mateo 28: l8-20; Marcos 16: 15-16; Lucas 24: 46-48; Juan 20; 20-21; y Hechos 1: 8) muy probablemente fueron pronunciados, analizados y explicados en este período de 40 días.

Las últimas palabras que brotaron de los labios de Jesús fueron las que usó para responder a la pregunta de los discípulos sobre si el reino sería manifestado en ese tiempo. Contestó que eso estaba en las manos exclusivas del Padre, pero que el Espíritu Santo vendría sobre ellos y les capacitaría para ser testigos de El, “hasta los último de la tierra”.

Notamos que la suprema importancia de la EVANGELIZACION MUNDIAL se destaca en todo lo que compartió durante esos 40 días porque:

1. Las primeras palabras que habló (Lucas 24: 47) fueron “que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas naciones comenzando desde Jerusalén.

2. Tal vez lo que ocupó la mayor parte del tiempo, fue hablar sobre “el reino de Dios” y como predicarlo “en todas las etnias” (Mateo 24: 14).

3. “Hasta lo último de la tierra” fueron literalmente sus últimas palabras, y se referían a los límites más extremos del mapa para cumplir  la evangelización mundial,

No queda duda alguna, que para el Cristo resucitado evangelizar el mundo era la prioridad N° 1, entonces, lo que era de capital importancia para Jesús, también debería serlo para nosotros que somos sus discípulos.

Corresponde que  como creyentes individuales y como iglesias que forman el cuerpo de Cristo le demos a la OBRA MISIONERA MUNDIAL, el primer lugar en nuestros programas, en
nuestras actividades y en nuestras vidas.