“¿Qué quieres que haga por ti? Rabí, quiero ver.” Mr 10:46-52 La historia sobre el ciego Bartimeo tiene mucho que enseñarnos sobre la evangelización, la comunión y la solidaridad. Porqué la evangelización, comunión (koinonia) y solidaridad es valorizar al prójimo. Es sencillamente saber preguntar: ¿Qué quieres que haga por ti?
Es muy común observar que los comentarios de Marcos sobre los discípulos están caracterizados en que no entienden. Tienen las mentes embotadas. En otras palabras no ven todo como debe ser, les falta claridad y visión completa. El tema central es la posibilidad de ver. Nosotros muchas veces nos encontramos en el mismo proceso que los discípulos. No vemos con claridad y no entendemos. Necesitamos alcanzar una visión mas clara de la misión, la evangelización y la comunión (partnership).
Quizás nos encontramos en medio de un proceso como el ciego de Betsaida (Mr 8:22-26). Pero en este proceso hay esperanza y posibilidades futuras: el ciego de Betsaida como el ciego Bartimeo llegaron a ver. También vieron los discípulos y también podemos ver nosotros. Nosotros podemos alcanzar una visión mas clara de la misión que tenemos ahora. Pero hay un precio para pagar: el seguimiento a Jesús y el proceso de recibir la vista van de la mano.
El hecho que seamos cristianos o estemos en el seguimiento no es el fin del camino, no sabemos todo, no aprendemos todo de golpe. Existe una revelación, discipulado y discernimiento progresivo. Somos llamados a una conversión continua, a un camino de santificación progresivo hasta que un día estemos delante del Señor. Esto nos permite abrir las mentes y corazones.
Jesús pregunta y marca su valorización por el hombre. En este caso le pregunta al ciego Bartimeo: ¿Qué quieras que haga por ti? Marca su sencillez, esta abierto ante las necesidades del otro. Esta disponible. La respuesta del ciego: “Quiero ver” es su respuesta y no una imposición de Jesús. Se sana, es un milagro de Jesús en ese momento, su fe lo ha sanado. Decide seguir a Jesús y hay transformación.
Marcos en su evangelio presenta un contraste muy fuerte entre las aspiraciones de los discípulos y el ciego. Les hace preguntas parecidas. Mientras que los discípulos piden status y privilegio, el ciego contesta: Rabí, quiero ver.
Marcos le da valor al protagonista del pasaje indicando su nombre. No es un ciego y mendigo sin nombre. Esto es muy significativo. Tenemos que aprender la manera en que Jesucristo respondió a la necesidad de la persona. Bartimeo es una persona marginada. Se le considera pecador, marginado de la alianza, marginado económicamente, marginado del aprecio y estima de los demás por su ceguera. Tiene que estar mendigando y se siente solo.
¿Cómo responde nuestra tradición o trasfondo teológico a la solución de los Bartimeos?
Algunos harían imposición de manos, orar y pedir sanidad. Otros, resolver su situación económica, enseñarle a leer en Braile, conseguir un perro guía, buscarle empleo, concientizarle por su condición de explotado. Otros responderían de acuerdo al ministerio del cuerpo donde encontraría amor, aprecio, perdón, aceptación. Otros rápidamente le dirían que acepte al Señor como su Señor y Salvador. Con énfasis tan variados el ciego conocería un aspecto de Cristo o conocería de una determinada manera a Jesús. Pero faltaría algo: responder a la manera de Jesús
En realidad parece que Jesús no uso métodos de evangelismo. Su único método fue la apertura a la necesidad del otro. Ante el clamor de Bartimeo, Jesús se detiene, lo manda llamar y después le dirige la pregunta: ¿Qué quieres que haga por ti? Todas estas acciones valorizan a la persona y no a un método, a una ideología o doctrina.
Tampoco parece que Jesús uso algún tipo de método especial para establecer un vínculo, asociación y partnership. Simplemente apelo a la comunión, se mostró abierto al interesarse por el otro. Porque la comunión, cooperación y solidaridad es compartir la vida. Sencillamente dar valor al otro. Es preguntar lo que corresponde y no otra cosa.
Muchas veces no queremos preguntar ¿Qué puedo hacer por ti? Tenemos temor. Corremos el peligro o riesgo que Bartimeo nos pida algo que no esta en nuestra agenda o aun más, algo que no queremos dar o hacer. Nos causa cierta inestabilidad e incomodidad hacer preguntas que pueden alterar nuestro orden. Preferimos tener el control y manejar la agenda en cuanto a lo que se debe tratar, hacer y aprobar.
Esta historia también nos enseña que tenemos que seguir hacia adelante con la Fe puesta en el Señor. Implica la autogestión, confianza y dependencia de Dios. El orden establecido según nuestras capacidades nos puede decir que podemos hacer y que no podemos hacer. Bartimeo decide rechazar el rol que la multitud le quiere imponer. No acepta quedarse ciego, mendigo y callado. Rechaza esa condición. Entra en escena en el momento no señalado. Decide ir a Jesús como su principal recurso. Rompe el molde, no acepta papeles impuestos. Esta en juego quién es Jesús y que es para mí.
Seguir a Jesús es aprender a dejar algo: una barca, un manto, una forma de pensar y actuar. Bartimeo dejo todo, arrojo su capa, dio un salto, no espero, se abrió camino, no se conformo con el lugar que le habían dado y se acerco a Jesús. Seguramente pensó: soy ciego pero no me voy a quedar así. Comienza a sanarse en el instante mismo que decide ir al encuentro con Jesús. El milagro es romper con los standards y barreras que nos pone la gente o que muchas veces nos colocamos nosotros mismos.
Finalmente debemos tratar de entender cual es nuestra verdadera necesidad. Tal vez en este tiempo el Señor esta trabajando en el proceso de nuestra vida, la iglesia y el ministerio. Nos esta preguntando: ¿Sabes cuál es tu verdadera necesidad?
Algunas preguntas para la reflexión:
¿Qué vamos hacer y cómo vamos a tratar a los Bartimeos que hay a nuestro alrededor?¿De qué manera práctica podemos responder al estudio de Efesios capítulo 4 en que somos un solo cuerpo y un solo Espíritu?
¿Cómo nos podemos proyectar para evangelizar al mundo al estilo y manera de Jesús? ¿Estaré abierto a preguntar a otros que puedo hacer por ti? ¿Cuál es mi respuesta ante los menos evangelizados y los que nos dicen ¡Ten compasión de mí!…?
¿De qué manera valorizo al otro en el evangelismo, la comunión, los partnership?
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